2006/11/10

Entesa i Progrés


Cataluña, a pesar de diversos grupos de presión política, económica y mediática, tendrá un Gobierno progresista de izquierdas. Queda fuera la posibilidad de un giro a la derecha en la política catalana, pero la crispación que esta decisión, plenamente democrática y lícita, que la mayoría numérica de los diputados electos del Parlament van a tomar, debiera hacernos una reflexión sobre la salud de nuestro sistema parlamentario. ¿Es lícito, y democráticamente sostenible que CiU con tan sólo el 31,52% de los votos, pretenda decir que le robaron el gobierno, cuando para que eso fuera así necesitaría la mitad más un de los votos?

Quizás, algunos, no quieran saber que en un sistema democrático y parlamentario como el nuestro, no sólo hay que ser la lista más votada, si no que necesita tener capacidad de sumar al acuerdo a una mayoría parlamentaria que refleje una mayoría social.

Esto no acontece porque somos vicarios de un sistema bipartidista imperfecto que se impuso tras la victoria de Felipe González en 1982. Hoy, también, vemos otra de sus taras; ese bipartidismo imperfecto trajo en España el aglutinar alrededor del PP a la mayoría del voto de centroderecha, muy radicalizado tras el paso de Aznar. Para los intereses españoles, incluidos los del PSOE, hubiera sido mucho mejor la permanencia del CDS de Suárez y del PCE eurocomunista de Santiago Carrillo. No tendríamos la crispación incitada por la derecha radical y el diálogo y los acuerdos formarían parte de nuestra cultura política.

Volviendo a Cataluña, entiendo perfectamente al PSC. A pesar de los errores del pasado, a pesar del bloqueo y del griterío de algunos que le piden que renuncie a hacer política en favor de CiU, ¿es qué tenían otra opción? ¿Hay alguien en el PSOE que diga que un gobierno de izquierdas encabezado por un socialista, además “inmigrante”, no es bueno para Cataluña? ¿Hay alguien, en el campo progresista, que diga que un gobierno catalán de izquierdas no es bueno para España?

Pero, lo más sobresaliente de las autonómicas catalanas, es la marginación e inutilidad del PP como opción política y que le salió un duro competidor por la derecha: “Ciutadans de Catalunya”, una formación populista – liberal, cuyo mayor éxito fue reelaborar el nacionalismo español de una forma “postmoderna”, sin reivindicar el franquismo, y que le permite recoger votos de incautos de la izquierda. Este fenómeno, apoyado por los “radiopredicadores”, también debiera hacer reflexionar a aquellos “barones socialistas” que alegremente se sumaron como coristas de la derecha, haciendo aparecer al PSC más como un grupo nacionalista, que como un partido de la izquierda socialista y catalanista.

Algunos, todavía recordamos que cuando se tenía que apostar por el tripartito gallego del socialista González Laxe, este no tuvo los apoyos necesarios porque venía bien para el bipartidismo imperfecto que Fraga fuera Presidente de la Xunta de Galicia. Y ciertamente que la izquierda y el conjunto de los ciudadanos, en Galicia pagamos una onerosa factura.

No quiero dejar de mencionar al verdadero triunfador de las elecciones catalanas. Porque, sí por algo se caracteriza Cataluña desde el inicio del camino del nuevo Estatut hasta estas elecciones autonómicas, es que fue un viaje de Pascual a Maragall. Siendo el artífice del primer gobierno de izquierdas catalán, es el President del nuevo Estatut que alumbra al nuevo gobierno catalán.

Las elecciones catalanas también tienen lectura en Galicia: La autonomía del PSC refuerza la autonomía del propio PSOE gallego, así como que en las dos comunidades históricas haya gobiernos progresistas de coalición; mas, en el BNG tienen difícil mantener su apoyo a CiU, sumado a que cuando menos es esta una “curiosa” forma de ser de izquierdas. Y Feijoó sabe que tiene que desmarcarse de las directrices de la dirección nacional del PP, si no quiere acabar siendo un líder de corto plazo.

Soy optimista, y confío en una influencia positiva en la política española, que es cierto que no necesita mirar a su derecha. Frente a errores como la financiación de la Iglesia católica, la asignatura de religión o la descafeinada Ley de la Memoria Histórica democrática, Zapatero y los españoles, necesitamos profundizar en las políticas reformistas y de izquierdas.

Publicado en el Diario de Ferrol, en lengua gallega.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, lo de Pepe Bono tiene mandanga.

Neike dijo...

Viva Catalunya de Esquerres!!!