2006/05/01

La Memoria contra la Precariedad


Celebramos en Galicia este Primero de Mayo bajo el denominado “Año de la Memoria” democrática contra el terror franquista. La lucha de los trabajadores y de los sectores progresistas, que a pesar de la brutal represión, sabiamente supieron combinar las luchas económicas con las conquistas democráticas y que hoy vemos reflejada en la España actual. Aunque los tiempos son distintos, deberíamos sacar las enseñanzas de aquellos años.
Estamos en una época donde un discurso pretendidamente “moderno” intenta que aceptemos la precariedad laboral como base de nuestra sociedad en aras de una supuesta eficiencia económica. Sin embargo, podemos observar que las sociedades más eficientes y más integradas son aquellas donde la presencia de la inversión pública y la calidad y estabilidad en el empleo son los cimientos que las cohesionan. El tradicional modelo sueco en este caso es paradigmático frente a las sociedades desestructuradas como la inglesa o la norteamericana, llenas de trabajadores pobres y con unas amplias bolsas de marginalidad.
El trabajo basura, trae además una desvalorarización del propio concepto de empleo dando lugar a disfunciones en las personas y también, un mal producto comercial o servicio, provocando a medio plazo una pérdida de competitividad. Una empresa que abusa de la precariedad laboral está condenada al fracaso.
Una precariedad base de un modelo neoliberal globalizado que juega a la subcontratación (para trasladar costes), a la deslocalización – eufemismo de quiebras fraudulentas de empresas - y a provocar nuevas guerras coloniales (Iraq, Irán...), con tal de que sus beneficios económicos se vean notablemente incrementados.
A finales de los años cuarenta del siglo pasado, hubo teóricos neoliberales que optaban por la precariedad frente al empleo estable. Consideraban que este último favorecía la extensión del sindicalismo y la contestación organizada al poder patronal. Hoy las grandes corporaciones financieras hipotecan la vida democrática y los derechos de los países. Los intereses empresariales de Berlusconi o de los Bush y Cheney, son muestras más que evidentes. Las sociedades democráticas convertidas en sociedades anónimas privatizadas.
Podemos afirmar que la precariedad no es una necesidad económica, si no ideológica, de aquellos sectores de las multinacionales que buscan la sumisión de las personas, y del propio sistema democrático a sus intereses.
Pero, es necesario ir más allá de la simple unidad de acción de los sindicatos. El origen de cada sindicato de clase, no justifica una pluralidad de organizaciones que no beneficia a los trabajadores. Si además, tenemos en cuenta que básicamente, hacen la misma política sindical y se relacionan de igual forma con los propios trabajadores y con el propio entramado socio – económico, ¿por qué no sentar las bases de la unidad orgánica, de un sindicato único con diferentes corrientes internas?
También, es necesario recuperar un discurso propio poscapitalista que entienda, como así en su momento hicieron los antifranquistas, no se si influidos conscientemente por Rosa Luxemburgo, que el avance de la democracia depende del avance del movimiento obrero. Teniendo en cuenta que, ahora sí, el capitalismo llega a todas las partes del planeta y por primera vez las clases trabajadoras tienen en su seno una amplia generación de jóvenes economistas, abogados, técnicos superiores, etc., base de una alternativa para una nueva forma de entender la producción. La pregunta está por qué debemos aceptar condiciones infrahumanas impuestas por una minoría que ni siquiera, quiere ofertar empleo digno y de calidad. La democracia necesita de la igualdad.
Dar una respuesta adecuada a este mundo globalizado no es sólo una necesidad del conjunto de los trabajadores, si no una necesidad histórica donde lo que realmente está en juego es el propio sistema democrático y su propia viabilidad. El capitalismo es su negación.
En este Primero de Mayo debemos recuperar la Memoria histórica democrática para convertirla en un arma cargada de futuro contra la precariedad laboral, y su superación. Único camino para el reforzamiento de la democracia, de los derechos ciudadanos, de la igualdad, la paz y del propio Estado de Bienestar. Un Primero de Mayo unitario por otro mundo que es posible.
(Publicado en la Red de Blogs Socialistas, el 1 de mayo)
(Publicado el 5 de mayo en el Diario de Ferrol, en lengua gallega).